¿Tienes alguna pregunta sobre cómo vivimos o por qué hacemos algo? No dudes en ponerte en contacto con nosotros, pero tal vez encontrarás la respuesta a tu pregunta a continuación. (Muchas de estas cuestiones se discuten con mayor profundidad en Fundamentos de nuestra fe y llamamiento, el documento público de nuestra fe que describe los principios y las normas comunes a todas nuestras comunidades).
¡Sí! Tenemos visitantes en nuestras comunidades todos los días. Algunas personas vienen por un par de horas, algunos permanecen con nosotros durante varias semanas o meses - la puerta está abierta. La mejor manera de entender nuestras comunidades es experimentarlas de primera mano.
Puedes organizar una visita aquí o averiguar otras maneras de involucrarte con nosotros.
Cualquiera que esté dispuesto a renunciar a todo para seguir a Jesús es cálidamente bienvenido a unirse a la búsqueda con nosotros. Jesús llamó a sus discípulos a "dejar sus redes" y creemos que sólo podemos empezar a ser discípulos de verdad si hacemos lo mismo.
La membresía en el Bruderhof es un compromiso de por vida, por lo que debe ser claro para ti y para nosotros que Dios te está llamando a esta forma de vida. No tratamos de reclutar miembros, ya que no creemos que tienes que ser miembro del Bruderhof para ser cristiano o ser salvo.
Algunos miembros tienen PhD y otros necesitan ayuda con la vida diaria, algunos vienen de hogares rotos y otros de un trasfondo de rango y privilegio mundanos. Tienes que tener por lo menos veintiún años y haber recibido el bautismo de los creyentes. Para obtener información más detallada sobre el camino hacia la membresía en el Bruderhof, visita esta página.
No. La membresía en el Bruderhof no es un derecho de nacimiento. Independientemente de donde haya nacido alguien, cualquier persona que se convierta en miembro debe experimentar un llamado de Dios.
Muchas personas que se crían en el Bruderhof eligen una forma de vida diferente. Tratamos de educar a cada joven para que tenga un sentido de propósito y un deseo de servir a los demás, y los jóvenes pueden ser llamados a una vocación diferente a la nuestra, por ejemplo para servir en un país del tercer mundo o una misión urbana.
Somos religiosos en el sentido de que nuestra fe cristiana es de suma importancia para nosotros. Dicho esto, la mayoría de los miembros del Bruderhof no son religiosos en el sentido de piedad personal altamente desarrollada o exhibida con frecuencia. Somos extremadamente ordinarios, y tendemos a hablar menos de nuestra fe que algunas otras derivaciones del cristianismo.
Para vivir en una comunidad Bruderhof hace falta querer seguir a Jesús. Que a eso le llames ser cristiano no es tan importante - pero debes querer seguir a Jesús y vivir a la manera que él demostró.
Vivimos en comunidad porque nos encanta estar juntos, y nos encanta seguir a Jesús juntos. Jesús dijo que donde dos o tres estamos reunidos en su nombre está allí con nosotros, y que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Eso es un llamado directo a la comunidad. Además, si no estás viviendo en comunidad, es difícil compartir todo en común y cuidarse mutuamente como lo hacía la iglesia primitiva (Hechos 2: 42-47).
La razón por la que vivimos así es porque creemos que es la mejor manera de seguir a Jesús, pero una vez que has vivido en comunidad por un tiempo, te preguntas por qué la gente vive de otra manera. Muchos de los problemas cotidianos con los que se ocupa la gente--pagar las cuentas, procurar las comidas, encontrar una buena escuela para los hijos, acceder a la atención médica, sentirse aislados--tienen su respuesta en la vida en comunidad.
Esperamos que nuestras comunidades puedan ayudar a las personas a tener una visión de lo que puede ser la sociedad: un lugar donde cada niño y cada persona mayor es amada y cuidada, un lugar donde trabajamos contra la soledad y la pobreza, donde los matrimonios permanecen juntos, donde no hay violencia, y donde las personas renuncian voluntariamente a todas sus posesiones por una causa que es mayor que ellas mismas.
No. Dios es mucho más grande que eso. Mientras creemos que Dios nos ha llamado a vivir de esta manera particular, ciertamente no es la única manera de seguir a Cristo.
Y en última instancia, nuestra vocación no es a la comunidad sino a Jesús, que llama a todas las personas a sí mismo. Él trajo las buenas nuevas del reino de Dios, cuya naturaleza se resume en dos grandes mandamientos: "Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas", y Amarás" a tu prójimo como a ti mismo”. Así que si tú encuentras una mejor forma de vivir estos mandamientos, dinos - ¡queremos vivirla contigo!
La palabra "radical" puede significar cosas diferentes para diferentes personas, pero para nosotros significa que nuestra fe exige un compromiso con una vida en la que la única prioridad es seguir las enseñanzas de Jesús. Los primeros cristianos en Jerusalén eran radicales, y buscamos ser como ellos.
La comunidad de bienes, también conocida como la bolsa común, simplemente significa que compartimos todo entre todos. Ninguno de nosotros posee ninguna propiedad en nuestro nombre propio, y ninguno de nosotros recibe un cheque de pago, estipendio o subsidio. Todo pertenece a la membresía colectiva.
Cuando alguien se convierte en miembro, todos sus ingresos y herencias se dan a la iglesia, y a cada uno se le suplen las necesidades tales como comida, ropa y vivienda. Cada uno de nosotros es responsable ante la comunidad-iglesia por el dinero que gastamos. Ningún miembro individual, y ninguna comunidad Bruderhof, es más rico o más pobre que cualquier otro.
Esta idea no es nuestra; así es como vivieron los primeros cristianos, como se describe en Hechos 2.
Bueno, sí. Cada quien tiene una manera diferente de mirar el mundo, y nuestros dones y defectos son todos diferentes también. Los miembros del Bruderhof son una mezcla bastante normal de los desorganizados y los eficientes, los naturalmente alegres y los que se inclinan a la melancolía, los habladores y los callados, gente de mucha energía y aquellos de nosotros que valoran la tranquilidad. Algunos escriben poemas y corren cinco millas al día, otros disfrutan de artesanía y observación de aves, y otros más elaboran cerveza. Tenemos artistas, médicos, músicos, ingenieros y diseñadores de internet entre nosotros.
Un visitante podría mirarnos y decir: "Oh, todos son iguales porque se visten igual y actúan igual y dicen cosas similares". Pero pasa un poco más tiempo y conócenos bien - podrías sorprenderte por algunos de los puntos de vista que encontrarás. Hemos concluido que la vida comunitaria nos da la oportunidad de ser la persona que Dios quiere que seamos sin las presiones de la moda y las normas sociales que pueden llevar a la gente a la conformidad del vestido o la acción.
Realmente no es que tratamos de vestirnos de manera diferente sino que queremos vestirnos modestamente y respetuosamente. Queremos evitar ropa que indique estatus o riqueza, así como cualquier cosa provocativa o sensual, porque Jesús nos manda ser puros de corazón, alma y cuerpo. Tratamos de representar eso en nuestro vestido.
Al tener un modo sencillo de vestirnos también tratamos de cumplir con las enseñanzas de Jesús acerca de no preocuparnos por cómo nos vamos a vestir. Nos libera para pensar en cosas que son más importantes que la ropa.
También queremos respetar las diferencias entre hombres y mujeres como Dios nos hizo. Así que la ropa de las mujeres incluye una falda y cubierta de la cabeza. La ropa de los hombres quizás no sobresale tanto como la de las mujeres, pero también es simple. (Para una reflexión personal sobre la cubierta de la cabeza que usan las mujeres del Bruderhof, lee este ensayo de nuestro blog.)
Como dice un miembro femenino Bruderhof (nuestra bloguera Carmen Hinkey), "creo que un estilo de vida distintivo requiere un estilo de vestirse distintivo. Me encanta caminar por la calle o por un aeropuerto y hacer que la gente vea inmediatamente que mi vida es algo diferente”.
Somos protestantes en el sentido de que no somos católicos, y surgimos de la tradición anabaptista. Dicho esto, no nos identificamos con ninguna denominación mayor - se podría decir que somos inter-denominacionales porque personas de todos los credos religiosos han venido a unirse a nosotros, o se podría decir que no tenemos denominación.
No creemos en ninguna revelación especial y única para nosotros; nuestra fe está basada en la Biblia y confesamos todos los puntos de la fe cristiana contenidos en los credos apostólico y niceno.
En su evangelio, Juan escribe acerca de que la iglesia incluso precedió a la creación (Juan 1: 1). Ésa es la iglesia de la que queremos ser parte, y ésa es la iglesia que queremos compartir con todos los verdaderos creyentes. Jesús no vino a establecer una institución humana; vino a decirnos que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
En el tiempo de la Reforma en el siglo XVI, los anabaptistas buscaron encontrar una resolución bíblica completa a los cambios que se estaban haciendo en la iglesia.
Los anabaptistas creen que para recibir el bautismo, una persona debe haber llegado a una fe personal, es decir, creen que los bautismos infantiles no son válidos. Además, creen que para ser cristiano, es necesario tanto tener fe como vivir una vida de discipulado. Los anabaptistas creen que debido a que la iglesia es una obra eterna de Dios, no puede identificarse con ninguna institución patrocinada por el estado. Como corolario de esta actitud de separación de la autoridad temporal, los anabaptistas no sirven en posiciones del gobierno ni en la fuerza policial ni en las fuerzas armadas de ninguna nación.
Compartimos una herencia anabaptista con los amish y hutteritas (también los menonitas y hermanos), y sabemos que nos parecemos a ellos en cuanto a vestido. Pero si bien los respetamos, no estamos formalmente afiliados a ninguno de los dos grupos.
A diferencia de los amish, vivimos en comunidad plena de bienes y estamos abiertos al uso de la tecnología, y a diferencia de muchos hutteritas de hoy, creemos firmemente en la Gran Comisión (Marcos 16:15) y en una puerta abierta a nuevos miembros--tal como creían sus fundadores en el siglo XVI.
No. A nadie que vive en el Bruderhof se le paga por su trabajo: no hay salarios, cheques de pago, estipendios o subsidios. Nadie tiene ninguna propiedad privada en absoluto (¡y así es como nos gusta!). Algunos miembros que viven en áreas urbanas quizás tiene un trabajo, pero todos los salarios se entregan a la comunidad-iglesia.
Todo lo que tenemos está disponible para aquellos que lo necesitan, y la comunidad-iglesia suple las necesidades de cada uno de nosotros como la comida, la ropa y la vivienda. Si alguien necesita dinero, por ejemplo para un viaje, es responsable ante la comunidad por lo que usa.
Esta manera de vivir nos pone a todos en el mismo nivel. El trabajo de nadie en sí no acarrea privilegio ni estigma: el trabajo en la lavandería de la comunidad se valora tanto como el trabajo de un técnico o medico expertos.
Para una respuesta más detallada a esta pregunta, véase Fundamentos de nuestra fe y llamamiento, Secciones 86 - 92.
Sí, muchos de nuestros jóvenes buscan algún tipo de formación a nivel universitario o en un oficio, y otros encuentran oportunidades de voluntariado o de aprender habilidades prácticas en el lugar de trabajo.
Sí. Trabajamos con iglesias locales, refugios para desamparados, bancos de alimentos, hogares de ancianos y servicios sociales para tratar de ayudar a satisfacer las necesidades de las personas que viven a nuestro alrededor. Además del apoyo material, es importante que pasemos tiempo con nuestros vecinos, especialmente aquellos que pueden estar solos o sufrir dificultades. Los miembros también visitan prisiones y cárceles locales.
También apoyamos a organizaciones comunitarias como la YMCA y Boys and Girls Club y lugares de arte y música locales, ya sea como voluntarios o ayudando en sus esfuerzos de recaudación de fondos.
Diariamente. Por supuesto cada individuo y grupo de edad tiene su propia idea de lo que es divertido, pero vivir juntos ofrece infinitas oportunidades para los buenos tiempos, ya sea un partido de fútbol improvisado o un juego de póker muy disputado.
Los días de fiesta de la iglesia - Pascua, Navidad, Pentecostés - son los tiempos más destacados de nuestro año. Además de las celebraciones religiosas, celebramos con comidas festivas y reuniones, y tan a menudo como sea posible nuestros niños participan en estos eventos.
Nos encanta celebrar, y las ocasiones desde los cumpleaños y las bodas hasta el Día de la Madre y el Oktoberfest son buenas oportunidades para hacer barbacoas, romper piñatas, e incluso dar algún concierto de micrófono abierto.
No. Tratamos de proveer comida saludable para todos y criamos o cultivamos gran parte de nuestra carne y vegetales, de una manera que respete la vida de los animales que comemos y cuide de nuestro planeta. Un puñado de miembros evita la carne. (Para una perspectiva sobre el vegetarianismo con la que muchos de nuestros miembros estarían de acuerdo, lee esto del fundador del Bruderhof Eberhard Arnold.)
Y muchos de nosotros disfrutan de bebidas alcohólicas, también (ver ocasiones especiales arriba) - en moderación, por supuesto.
Nos encanta nuestro papel de madres, cuidadoras y amas de casa, y también nos encanta nuestro papel como maestras, doctoras, gerentes de ventas, abogadas y lavanderas. Un par de mujeres afortunadas trabajan en los oficios de construcción también.
Valoramos y honramos el compañerismo y el trabajo en equipo que existe entre los hombres y mujeres temerosos de Dios, ya sean casados unos con otros o simplemente compañeros de trabajo, porque hemos descubierto que nos complementamos mejor los unos a los otros.
Para más detalles sobre los roles de soltería y matrimonio, hay que ver Fundamentos de nuestra Fe y llamamiento, secciones 77-82.
Nuestras comunidades son atendidas por profesionales médicos (doctores, asistentes médicos, enfermeras, fisioterapeutas y dentistas) que son miembros. Utilizamos los servicios de hospitales y especialistas locales para problemas médicos agudos o difíciles.
Si alguien tiene una discapacidad o enfermedad a largo plazo, nos esforzamos para darles el cuidado que necesitan dentro de la comunidad. Esto podría significar alojamiento en la planta baja, una cama de hospital, o atención de enfermería las 24 horas del día. A menudo una pareja de ancianos o una sola persona formará una pequeña unidad familiar con una o dos personas más jóvenes que pueden proporcionar no sólo atención médica, sino también compañerismo y apoyo.
Cuidarse unos a otros es un privilegio, y se benefician ambas partes de tal relación: los jóvenes que han vivido en un hogar con personas mayores te contarán sobre las lecciones de humor, persistencia y humildad que han recibido en el proceso.
En cuanto al cuidado al final de la vida, aunque puede ser emocionalmente y físicamente exigente, acompañar a un hermano o una hermana en sus últimos días es una de las experiencias más significativas en la vida comunitaria. La comunidad se reúne alrededor de la persona moribunda: los niños visitan para entregar dibujos alegres o cantan canciones, los hermanos y hermanas le visitan para despedirse, y a menudo toda la comunidad -iglesia se reúne para estar fuera de la ventana del moribundo, para orar y cantar canciones de fe y aliento.